El tiempo. Cuán preciso y cabal sigue siendo el tiempo. Cuánto de huella, de silencio
y de cicatriz nos deja; mas cuánto de presencias, de generosidad, de instantes, de
felicidad en suma nos sigue regalando el tiempo.
Porque amigos, qué tiempo el que nos ha tocado transitar… Abarrotado de adversidades,
de impedimentos, hasta de invasiones orquestadas por bárbaros títeres del mal. Pero, sobre
todo, plagada de ausencias. Amigos, ¡cuánto atormentan hoy las ausencias! Porque a veces,
éstas empañan la confianza, estrangulan la garganta y paralizan nuestro caminar.
Sin embargo amigos, también es el nuestro un tiempo de decisión, de compromiso, de
labor. El tiempo de oración. En estos dos intensos años, ¡cuantas oraciones han custodiado
nuestras imágenes entre sus manos!, Cuantos suspiros y cuantas plegarias; cuanta devoción
y cuantas lágrimas, cuantas confidencias le fueron encomendadas, cuántas sonrisas de
felicidad inundadas y cuántas declaraciones de amor eterno le fueron entregadas …
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